Enfermedades de la sangre

Los enfermedades de la sangre constituyen una categoría bastante amplia de enfermedades, dado que la sangre desempeña diferentes tipos de funciones: transporta nutrientes y oxígeno a las células del cuerpo; transporta sustancias residuales para que sean expulsadas del cuerpo; y contiene células inmunológicas, responsables a la hora de contraatacar infecciones. 

Los trastornos de la sangre inmune-derivados son la causa de células inmunológicas defectuosas, lo que significa que un individuo no es capaz de protegerse de una infección. Algunas condiciones inmunes pueden ser tratadas con un trasplante de células madre hematopoyéticas (HSC, por sus siglas en inglés) - también conocido como trasplante de médula osea. Cuando el trasplante no es una opción, algunos enfermedades genéticas pueden ser tratados con terapias génicas, o terapias génico-celulares hibridas, con el fin de corregir el gen dañado.  

Los trastornos de sangre noinmunes más communes se relacionan con con la producción defectuosa de glóbulos rojos. Esto puede ser debido a factores genéticos o de estilo de vida'. Estos trastornos pueden tratarse con trasplantes de HSC. La sobreproducción de diferentes tipos de células sanguíneas provoca diferentes formas de cáncer sanguíneo. Estas células que son producidas en exceso son normalmente defectuosas, y por eso no desempeñan su función correctamente. Además, el incremento de la producción de un tipo de célula significa que las otras acaban ocupando una proporción más reducida de la sangre, impidiendo el desarrollo de su función homeostática. Los cánceres en la sangre se pueden tratar con terapias celulares como los transplantes de HSC. Algunos también pueden tratarse con terapia de células T con receptores quiméricos de antígenos CAR-T), una terapia híbrida génica y célular. Investigadores están trabajando para desarrollar nuevas formas de tratar otros cánceres sanguíneos con terapias distintas. 

Mejorar nuestro conocimiento sobre la sangre y el sistema inmunológico amplía nuestra comprensión de los trastornos sanguíneos, derivando en mejores profesionales trabajando en objetivos precisos a la hora de tratar las causas de estos trastornos.